Sabes qué características debe tener un reposapiés para que pueda ser considerado ergonómico. Aquí te lo explicamos.
Las 4 características de un reposapiés ergonómico
1. Regulable en altura
Necesario para personas de altura inferior a 160 cm o para quienes realizan sus tareas en mesas o mostradores altos.

La falta de apoyo de los pies sobre el suelo condiciona la postura general del cuerpo y puede dificultar la circulación sanguínea de las extremidades inferiores.

2. Regulable en inclinación
Para favorecer el dinamismo postural, la superficie de apoyo debe poder regularse en inclinación. Esta característica permite la flexo-extensión del pie (inclinar el pie hacia delante y hacia atrás).

3. Dimensiones y forma
Debe disponer de espacio suficiente para poder cambiar la posición de los pies. La superficie de apoyo debería tener unas dimensiones mínimas de 45 cm de ancho por 35 cm de fondo.
Siempre es preferible que los cantos sean redondeados y romos para evitar posibles arañazos o roces sobre el calzado.

4. Antideslizante
La estabilidad es una de las características más importantes. Si ésta falla, falla todo. El reposapiés debe poder mantenerse «pegado» al suelo, sin deslizarse. Generalmente los reposapiés muy ligeros tienden a deslizarse más. Por ello, es recomendable que el reposapiés sea robusto, tenga peso y disponga de sistemas antideslizantes tanto en la zona de apoyo de los pies, como en el suelo.

Ahora que ya conoces las características que debe tener un reposapiés ergonómico, echa un vistazo a la review de un reposapiés ergonómico que hemos probado y nos ha gustado.
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Me ha gustado la explicación punto por punto de las características que debe tener un reposapiés ergonómico; de esta forma, sabré usarlo de la forma correcta. ¡Gracias!